Ofrecen salida en primer delito
- ciavttp
- 5 jul 2015
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Un total de 350 jóvenes que delinquieron por primera vez bajo el efecto de una droga fueron beneficiados con el programa Tribunales de Tratamiento de Adicciones (TTA). En vez de ser recluidos, fueron rehabilitados bajo un tratamiento integral que incluye la atención en el ámbito de la salud y conductas delictivas. Entre los jóvenes que han sido atendidos se indicó que la mayor parte consumió mariguana y sus edades oscilan entre los 18 y los 25 años. Nuevo León es el Estado pionero en la operación del programa. En esa entidad arrancó desde 2009, pero coordinado por el Poder Judicial del Estado. En 2013, el Gobierno federal se sumó a ese método para rescatar a jóvenes primodelincuentes que actúan bajo el influjo de alguna droga como parte de la Estrategia Nacional para la Prevención y Atención de Adicciones, en un modelo similar a las "Cortes de Drogas" de Estados Unidos, los cuales atienden la problemática del consumo de drogas, sin condenar al primodelincuente por delitos no graves.
En ese año, través de la subsecretaría de Prevención y Participación Ciudadana de la Segob y la Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic) de la Secretaría de Salud, México se incorporó al Programa de TTA que coordina la Secretaría Ejecutiva de la Comisión Interamericana para el Control y el Abuso de Drogas (SE-CICAD). El Gobierno federal presentó una solicitud al mecanismo bilateral Iniciativa Mérida para el proyecto "Primera Etapa de Tribunales de Tratamiento de Adicciones" por el cual se autorizó un monto de 2.5 millones de dólares para trabajar el modelo en 10 entidades federativas, recursos operados por el CICAD. En 2014, arrancó el modelo en Morelos, Estado de México, Chihuahua y Durango; para 2015 se proyecta su aplicación en Chiapas, Baja California y el Distrito Federal; mientras que para 2016, se aplicará el programa en las tres entidades restantes, las cuales aún están en observación. En julio próximo se alista una revisión de casos y juicios en esas entidades. "Para que proceda no tiene que haber oposición fundada ni del Ministerio Público ni de la víctima", aclaró Berenice Santamaría, directora de Vinculación Operativa de la Conadic. Indicó que el programa no está destinado a sancionar conductas delictivas sino controlar al individuo y neutralizar su estado peligroso. El programa se enfoca a primodelincuentes que cuentan con un perfil de abuso o dependencia a sustancias y son tratados en Centros de Atención Primaria en Adicciones en los estados donde operan los TTA. El tratamiento se efectúa bajo supervisión judicial, directa y periódica; a través de un esquema de coordinación entre el Sistema de Salud y el Sistema de Seguridad y Justicia. El marco legal que los rige es la figura procesal "Suspensión Condicional del Proceso a Prueba". Las drogas que los primodelincuentes han utilizado varían en cada Estado, destacó la especialista. "Cada Estado tiene una problemática distinta, por ejemplo Nuevo León es alcohol y mariguana; Morelos sigue siendo mariguana; Estado de México mariguana también, Durango mariguana; en Baja California se han detectado algunos casos de heroína; y en Chihuahua mariguana, heroína y crack", indicó Santamaría. Resaltó que el tratamiento de los primodelincuentes contempla cuatro componentes: el que atiende a las adicciones; físicas y psiquiátricas (una enfermedad asociada no severa como hipertensión, diabetes, depresiones, ansiedad, etc); la conducta criminal y finalmente el de la reinserción social. En México se tiene una población de 10 millones de adolescentes, de los cuales 12 mil se encuentran sujetos a proceso o en reclusión por cometer delitos. El 62 por ciento de los jóvenes en reclusión son hijos de padres separados; el 44 por ciento de los jóvenes consumía alcohol con frecuencia antes de ingresar al centro de internamiento; un 57 por ciento había consumido drogas; el 32 por ciento consumían drogas diariamente antes de ingresar al centro de internamiento; y el 94 por ciento desempeñaron trabajos (vendedores de dulces, flores; franeleros, lavaplatos, ayudantes, etcétera). 'Consumía 15 dosis al día' En Chihuahua Jesús creció en el apogeo de la violencia y el consumo de drogas. Comenzó a consumir alcohol a los 13 años y después diferentes drogas. Su escolaridad se truncó. Pero se enganchó en el crystal, compuesto por metanfetamina, considerada una de las drogas más adictivas. Primero comenzó con una dosis, mientras laboraba en una obra como ayudante de albañil. Su familia lo consideró un "joven trabajador" y al principio no sospechó que se drogaba. El joven fue reclutado por una célula para vender droga al menudeo; al mismo tiempo incrementó las dosis diarias para su consumo. "Mi consumo eran 15 dosis al día, cada una me costaba cien pesos, hice cosas vergonzosas que son difíciles de explicar, me comencé a quedar en la calle, siempre me sentía inseguro y llegué a pensar que no iba a despertar por tanta droga, luego me sentía decepcionado por todo lo que hacía", indicó el joven, con voz pausada. Durante seis años Jesús consumió droga. El joven fue detenido por las autoridades a los 19 años de edad por la posesión y venta de crystal, pero se le dio otra oportunidad con un programa de rehabilitación mediante el Tribunal de Tratamiento de Adicciones. Ahora cumplió ocho meses sin probar la droga, trabaja como cocinero y su proyecto es estudiar una carrera de gastronomía para ser Chef. "Cocino bien, hasta sé hacer una paella", presumió. Para evitar ser consignado, Jesús se acogió a la primera base de su tratamiento, que implicó tres meses, fue la desintoxicación y un asumir de manera consciente que era un enfermo. "Me enseñaron a perdonar, a perdonarme, ahora me están echando la mano para poder incorporarme a la sociedad, en la rehabilitación se la pasa uno tranquilo, te sientes seguro, te sientes en una familia, se me enseñó eso, ahí te perdonan todo lo que hayas hecho y aprendes a ser una persona y a entender droga no lo es todo en la vida", comentó Jesús en entrevista. El joven reconoce que aún libra una batalla con él mismo para evitar recaer, y también ya vive con sus padres. "Estoy en el proceso de mejorar la relación con la familia , se perdió la confianza, muchas cosas se perdieron, estoy luchando otra vez para ganarme la confianza, es difícil eso también". Jesús está bajo la supervisión judicial, una fase que se prolonga por seis meses.
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