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Urabá chocoano, la otra zona “caliente” por tráfico de migrantes



Capugarná es un paraíso en pleno corazón del Golfo de Urabá. Sin embargo, detrás del hermoso telón de sus playas tranquilas se esconden fuerzas oscuras que han generado una situación insostenible para las autoridades por el tráfico de migrantes que azota la región.


Es una problemática relevante por el alto índice de extranjeros indocumentados que están arribando al corregimiento de Acandí, Chocó, con cerca de 1.800 habitantes. A espaldas de cuidar el turismo, base fundamental de la economía de sus pobladores, se ha incrementado esta mafia.


En sus montañas, los coyotes (hombres que transportan a indocumentados) fraguan uno de los delitos que acecha la subregión de Urabá, Chocó y las proximidades de la zona fronteriza con Panamá. En el 2015 aproximadamente 300 migrantes irregulares han sido descubiertos solamente en Capurganá en su intención de cruzar hacía Panamá, afirma Fabián*, una de las autoridades de la región que solicitó no ser identificada.


Para llegar a Capurganá, los migrantes realizan un recorrido por mar de dos horas y media desde el municipio de Turbo. De acuerdo con los relatos de los mismos Migrantes, les cobran cerca de 1.000 dólares para el traslado desde Medellín a La Miel, el primer centro poblado de Panamá, limítrofe con Colombia. Lea: Migrantes, bomba de tiempo que amenaza a Turbo A las ya desgastantes y largas jornadas que pasan en medio de la selva intentando escabullirse de las autoridades, les queda uno de los escollos más difíciles de superar y es la llegada a territorio panameño, evadiendo a las autoridades, el maltrato por parte de los coyotes que incluso pueden llegar a robarlos en el camino y los “peajes” que les cobran los grupos armados que operan en la zona (”los Urabeños” y las Farc).


“El tema disminuyó con respecto al año pasado. Inclusive estaban entrando por el aeropuerto con cédulas falsas y la Policía lo detectó y se frenó. Los capturados han sido sobre todo en zona rural y en mar abierto, donde hacen tránsito. Otros son abandonado por quienes los traen y ellos solos van hasta la Policía a entregarse, porque son engañados y les dicen que ya están en Panamá y quedan en playas que todavía son Colombia”, señaló Fabián*, que conoce directamente tema en el Urabá chocoano.


La noche es cómplice. El mar picado y sus olas no tiene clemencia con las lanchas en las que de manera insegura pueden viajar entre 10 y 20 migrantes. El pasado 1 de septiembre, una embarcación en la que se trasladaban varias personas naufragó en aguas de Acandí. Tras el incidente, una persona murió y las otras lograron nadar hasta la orilla donde fueron atendidas por las autoridades. Esta es solo una de las historias que normalmente se escuchan en la zona, pero hay otras, dicen sus pobladores, que no se conocen porque se ahogan y se pierden los cuerpos en el mar.


“Los están embarcando desde Necoclí en lanchas que no son adecuadas propiamente para el transportes de personas y de ahí los trasladan hasta el Chocó, enfrente a la población de Acandí, Capurganá o Sapzurro. Ahí esos migrantes los pasan hasta la frontera con Panamá, en La Miel, que es relativamente cerca. Normalmente los transportan en horas de la noche y en una lancha de 10 personas llevan 15 o 20 personas, no todas con chalecos salvavidas. En esas condiciones están exponiendo la vida de estos migrantes que nosotros consideramos víctimas”, señaló el almirante Ricardo Hurtado Chacón, comandante de la Fuerza de Tarea Neptuno, ubicada en Urabá.


Integrantes de la Armada Nacional han logrado interceptar cerca de 18 lanchas en lo que va corrido del 2015 en el Golfo de Urabá. Dos de estos vehículos reincidentes, que han sido dejados a disposición de las autoridades para el proceso judicial. Así mismo, durante los operativos 449 migrantes han sido descubiertos en altamar y en el río Atrato en su intención de llegar a Capurganá y Sapzurro. De acuerdo con el almirante Hurtado, se han capturado 31 personas vinculadas al tráfico de personas, una de ellas con antecedentes por este mismo delito.


Dolor de cabeza en la región

Cada migrante que llega a la zona de Urabá y el Chocó, y es descubierto, genera una situación compleja para las autoridades. Los tratados establecidos en Colombia obligan a que estas sea considerado víctima del delito de trata de persona y, como tal, tiene que ser atendido por los agentes de Migración Colombia y las autoridades ( revisan su salud, les dan alimentación.


El director de Migración Christian Krüger, explicó recientemente a EL COLOMBIANO que los coyotes están vinculados a redes internacionales en varios países y que pueden tener contacto desde la nación de la que salen huyendo estas personas por problemas políticos, sociales y de conflictos hasta Colombia, un lugar más en el tránsito de su odisea.


“Hay organizaciones en cada país que se encargan de llevar a estas víctimas de este delito de tráfico a su destino final que, en el caso de Colombia, el destino final de los migrantes irregulares generalmente es Norteamérica. Para ellos, nuestro país es importante por su ubicación geográfica, en el mapa de América, Colombia es el embudo donde tienen que continuar su trayecto vía terrestre, otros de manera marítima para llegar a Panamá”, señaló Krüger.


Ghana, Senegal, Camerún, en África. Nepal, en India y Bangladesh, en Asia, y Cuba en Centroamérica, son los lugares que más exportan migrantes en busca del sueño de llegar a Estados Unidos. Cifras de la Armada Nacional revelan que de los 449 migrantes que han sido sorprendidos en lo corrido del año, 306 son ciudadanos cubanos, país que más aporta irregulares de tránsito en Colombia.


Migración del país reveló que se tienen 130 rutas ilegales identificadas en la frontera con Ecuador por donde ingresan los migrantes y luego pasan por Pasto, Cali, Medellín y Turbo para llegar a Capurganá y Sapzurro.

La travesía que enfrentan estas personas, y de acuerdo con testimonios de los afectados, es tortuosa por los continuos maltratos al que son expuestos por parte de algunos integrantes de la Policía que los extorsionan para no ser delatados y por los coyotes que los largos caminos roban y abandonan a las personas a la deriva de los peligros del agua, el monte y los grupos armados que operan en las zonas selváticas, asegura Fabián, funcionario de la región.


“Hemos tenido información de migrantes que están pasando a pie por el Tapón del Darién, especialmente los que vienen del África y del Asia. Particularmente con la población afro, estas redes los trasladan vía océano Pacífico, los ingresan por el río Atrato y los van subiendo hasta algunas poblaciones como Puente América y de ahí los llevan atravesando el Tapón del Darién hasta Panamá. Por el color de la piel pasan más desapercibidos en el Chocó, exactamente lo que pasa con los migrantes cubanos que atraviesan por la carretera Panamericana, por toda Colombia, porque sus características físicas son más parecidas a las de los colombianos”, expuso el Comandante de la Fuerza de Tarea Neptuno.


Así mismo, otra de las preocupaciones que sugiere la problemática está fundamentada en que el ilícito está permeando a la comunidad, que en su afán de conseguir dinero se vincula a las bandas encargadas de transportar a los migrantes en el paso por Capurganá. “Somos una frontera difícil y compleja. En este negocio podrían estar involucradas 80 o 100 personas de Capurganá de manera directa con esa actividad ilegal”, aseguró Fabián*.


Clamor ante el Gobierno central


Grito desesperado. La muerte sorprendió al cubano Ernesto Fonseca García, de 45 años de edad, en uno de los hoteles de Turbo mientras esperaba la oportunidad de llegar hasta Panamá y luego a Estado Unidos, ocurrió el pasado mayo. Lo que comenzó como un sueño para él terminó siendo una tragedia para su familia. Este es solo uno de los casos conocidos sobre la muerte de un migrante en la subregión de Urabá.

Grito desesperado. La muerte sorprendió al cubano Ernesto Fonseca García, de 45 años de edad, en uno de los hoteles de Turbo mientras esperaba la oportunidad de llegar hasta Panamá y luego a Estado Unidos, ocurrió el pasado mayo. Lo que comenzó como un sueño para él terminó siendo una tragedia para su familia. Este es solo uno de los casos conocidos sobre la muerte de un migrante en la subregión de Urabá. Lea: El 84 % de los migrantes irregulares que pasan por Antioquia son cubanos “La administraciones poco es lo que pueden hacer con esta problemática. Lo que sí tienen y han hecho en los diferentes consejos de seguridad, la Policía Nacional y el Ejército es tocar el tema de la entrada de migrantes. Nos ha tocado atender para este año cinco muertes de personas NN, que se suponen son extranjeros indocumentados que han aparecido muertos en la zona de frontera “, narró Fabián.


Las fronteras de Venezuela y Ecuador se abrieron sin ninguna restricción para la llegada de cubanos. Profesionales y ciudadanos de la isla tuvieron el aval para permanecer durante un año sin ningún problema en estos dos países, en los que podían trabajar de manera legal. Así, muchos de ellos recolectaron dinero y tomaron la opción de seguir su camino para buscar el paso por Colombia hacia Panamá, donde también tienen el salvoconducto y las garantías para una estadía anual. Para los africanos es más complicado en estos países, por lo que su opción está en Brasil, donde tienen condiciones similares.


En Colombia, por su parte, en caso de ser descubiertos los migrantes obtienen un salvoconducto que les permite moverse durante cinco días en el país y regresar a su ciudad de origen o salir por el lugar en que ingresaron a Colombia. No obstante, en la mayoría de los casos, señala Migración, no se acata por parte de estas personas esta orden y difícilmente se conoce el paradero de ellos, seguramente continúan su rumbo en medio de las condiciones precarias.


Fabián* precisó que para las autoridades de los municipios del Urabá chocoano una lancha expresa para trasladar a los migrantes sorprendidos vale 600 mil pesos, sin importar si lleva tres personas (un migrantes y dos policías) o casos especiales de dos o tres detenciones por semana en las que se trasladan hasta 20 personas.“Afortunadamente algunas capturas se han en hecho en zona rural que queda más cerca de Capurganá y los han bajado por vía terrestre”, dijo.


Esta situación en la región pone en entredicho los esfuerzos de Colombia en la lucha contra la migración por la posibilidad que hay en otras naciones fronterizas que son flexibles con estas personas y que luego dejan en manos de las autoridades colombianas el problema.


“Parte acá de la solución es revisar la política migratoria, tanto de los vecinos como la nuestra, que se pudiera armonizar de alguna manera para que esto no se convirtiera en un negocio ilícito y no pusiéramos en peligro la vida de estos seres”, concluyó el almirante Hurtado.


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